sábado, 10 de marzo de 2007

Marketing de Cuaresma

La archidiócesis de Washington ha lanzado para este tiempo de Cuaresma una campaña especial que pretende fomentar el acercamiento al sacramento de la Reconciliación. Mediante el uso de carteles publicitarios en autobuses y estaciones de subte, folletos que explican los pasos para un buen examen de conciencia y avisos radiales, la archidiócesis busca que sus 580 mil fieles se reencuentren con este sacramento. Además de invitar a confesarse, la campaña incluye ampliar el horario de atención para las confesiones durante la cuaresma.

El lema de la campaña es “La luz está encendida para ti”. Se refiere a la luz del confesionario; pero también, a la luz que se recibe en el sacramento.


La campaña es tan novedosa y llamativa (tal vez porque la Iglesia no sale a ofrecer sus sacramentos, mucho menos el de la Confesión, sino que siempre espera que los fieles se acerquen) que The Washington Post se hizo eco publicando un artículo.

En él dice que “Durante años, las colas en los confesionarios eran largas y los sacerdotes escuchaban confesiones durante horas. Pero desde hace un tiempo, las parroquias han ido recortando los horarios de confesiones, algunas dejan solo 30 o 45 minutos, o bien piden una cita previa”.

Los motivos para explicar la caída en el número de fieles que se confiesan podrían ser:
que ya no nos hacemos cargo de nuestras faltas y errores; o simplemente el tiempo que se le dedicaba a la confesión fue absorbido por otras tareas más mundanas; o quizás sea algo más grave, como ya no saber qué es un pecado.

Si bien el ritual de la confesión tiene una tradición de siglos, fue en la década del 60 cuando se produjo un gran cambio: por un lado el clero comenzó a hablar más de pecados de racismo, militancia y hasta ecológicos; por otro lado, el Concilio Vaticano II también trajo nuevas ideas diciendo, por ejemplo, que comer carne los viernes ya no era pecado. Cambió la noción de pecado y los fieles ya no sabían qué debían confesar.

El CVII ofreció una visión más positiva: puso todo el énfasis en el enmendarse y no en la falta cometida. Además, también permitió a los fieles arrepentirse de sus faltas leves durante la misa. Estas nuevas ideas pudieron hacer pensar que la confesión ya no era algo necesario.

El artículo también menciona que la disminución de las confesiones puede estar relacionada con el aumento en la gente que hace terapia y en la tendencia de la autoayuda (“Entre Oprah y los terapeutas, ¿qué función cumple la confesión?”, se pregunta)

Para que recupere su lugar, entonces, habría que recordarle a la gente que la confesión implica algo más que sólo confesarse, “es acerca de pedir el perdón de Dios, demostrando que si obramos mal, podemos hacer algo para revertirlo”.

Sitio web de la campaña
Texto del folleto en español
Spot de audio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es tan indispensable el sacramento de la confesion con toda la bola... Me parece que es mejor una buena charla con un sacerdote y lo demas que quede en el pasado.

un abrazo!!!

Anónimo dijo...

¿Qué sería lo demás que tiene que quedar en el pasado?